Es fundamental para las marcas y negocios tener
siempre en cuenta que lo que mejor vende su producto o servicio es precisamente
esto, la satisfacción del cliente a la hora de ser tratado por la empresa.
El cliente necesita sentirse importante y valorado
por la marca para que éste le dé su fidelidad y sea su prescriptor, para lo que
es imprescindible proporcionarle la mejor de las atenciones sea cual sea el
momento del proceso de compra en el que se encuentre, ya sea la consulta de las
características del producto o servicio a adquirir o la atención personalizada
tras haberlo comprado. En cualquier momento, el cliente quiere sentir que es lo
primero y lo principal para la marca.
Es muy fácil para una marca perder a un cliente
como resultado de una mala atención al cliente, y el coste de recuperarlo es
seis o siete veces superior, ya que necesitamos convencerle de que lo que hizo
que nos abandonara ya está solventado. Una buena atención al cliente genera
clientes recurrentes, que van a volver a comprar lo que ofrecemos, y, por ende,
más beneficios.
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